Estoy cambiando de piel. No hablo en sentido metafórico. Es a causa de un bronceado escuálido y una rutina humectante descuidada. Son las 3 am. Casi se termina mi jugo de guayaba. Caigo en cuenta que no me gusta tanto el jugo de guayaba; lo tomo como si fuera el ron más barato sin destilar. Dejé de tomar ron y cualquier tipo de licor por orden del psiquiatra. No combina con el Lexapro. Le obedezco. Soy cobarde después de todo. Me hormiguean los brazos y el cuello, siento que aumentan de temperatura mis pensamientos, literalmente. Mentí hace un instante, son las 3 pm. Ahora duermo temprano. Es mi punto de inflexión, es mi descanso. Tomo las riendas nuevamente. Me arriesgo a encontrarme a mí misma y perdonarme. Tal vez lo consiga, tal vez no. Se dificulta el proceso cuando no es posible encontrar la falta, el crimen. Prefiero por ahora divagar. Entregarme a la incertidumbre que inocula el entusiasmo. Caer y levantarme, cuando yo quiera eso sí. Sin prisas. Me alejo y regreso a mí misma en la calma del reconocimiento final. La unificación que se avecina. La aceptación perpetua.
♫ Watch! I'll even cut off my finger
It will grow back like a Starfish ♪